15 junio 2014

Palabras para un lunes

ESTO NO ES UN POEMA

Porque se van poblando las plazas
de madrugadores sin oficio,
gentes que coinciden en el vano de la mañana,
que andan por las cunetas, que suben y bajan las lomas sin destino,
porque hay lunas y lunas con su cartel de se traspasa,
persianas de la miseria,
porque las aceras huelen a comedor social,
a subsidio y a espera,
atravieso la ciudad y pienso
en el brillo de los coches oficiales,
en los despachos de la indiferencia,
en todos los que trafican con nuestras vidas
y me pregunto, mientras te resistes a quedarte en el aula,
para qué clase de vida habrá que prepararte,
y te dejo la rana minúscula que escondes en tu mano
por si te salva, de momento, de la tristeza.

Carmen Martín Granados



Fotografía de Ana Sánchez

09 junio 2014

Palabras para un lunes


Hacen falta más valientes

La portada censurada de 'El Jueves' sobre la abdicación de El Rey (derecha) y la de Pablo Iglesias por la que ha sido sustituida en los quioscos.

Hay dos grandes diferencias entre lo que ha ocurrido en 'El Jueves' y lo que está pasando estos días en otras redacciones españolas. La primera, que esta vez se ha visto la mano negra. La censura solo es eficaz si no se nota. Funciona mientras el lector -o el espectador o el oyente- no sea consciente de que existe. Pero cuando 60.000 ejemplares ya impresos son guillotinados mientras la portada prohibida circula por las redes sociales, la censura se vuelve como un bumerán y golpea en la cara a los censores. Los dueños de la revista, el grupo RBA, no solo ordenaron destruir esos ejemplares. También el prestigio de 'El Jueves', o al menos el de su empresa editora.
La segunda gran diferencia, tal vez la más relevante, es la lección que han dado esos dibujantes de cómics que han dicho 'no' a la censura y se han largado con la conciencia limpia, el futuro incierto y el bolsillo vacío. Han sido ellos, los de los chistes, quienes más en serio se han tomado la libertad de expresión. Se van a la calle con la cabeza bien alta, pero de esa dignidad no se come. La gran pregunta: ¿qué pasaría si algunos periodistas -o algunos editores- tuviesen el mismo arrojo que han demostrado los dibujantes de 'El Jueves'?
IGNACIO ESCOLAR
Periodista


01 junio 2014

Palabras para un lunes

LA PALABRA APRENDIDA

 Lo que recuerda el hombre al final de su edad
es al niño que fue, absorto en el asombro.
Lo que pudo ser éxito en su vida es algo que ha olvidado
o que no le interesa recordar. Lo que vale realmente
de todo lo vivido es la alegría efímera, el placer más fugaz,
la palabra aprendida para nombrar las cosas
por primera vez, el eco de la voz que la pronuncia,
el sigilo del gato, la sombra de unas alas,
el aroma primero del azahar y el canto
de algún sonoro pájaro en las ramas.
Lo que recuerda el hombre al final de su edad
es sólo aquel tesoro de lo que ya no es:
la inocencia arrasada que, si fuera posible,
sería, solamente, a lo que pediría regresar


Juan Domingo Argüelles

Fotografía de Rubén García Colsa