12 enero 2013

De Bibliotecas


 El día 12 del mes de diciembre, de este año pasado, los alumnos y alumnas de 2º de ESO nos fuimos de salida a conocer algo más de Santander. Visitamos la biblioteca y la casa-museo de Marcelino Menéndez Pelayo, y una de las bibliotecas municipales públicas más conocidas de Santander.
Cuando el autobús, nos dejó aparcados en la acera nos dividimos en dos grupos. Un grupo fue a la Biblioteca Menéndez Pelayo y el otro se dirigió a la Biblioteca Municipal, así combinamos las dos visitas, primero una y luego la otra.
 En la Biblioteca Menéndez Pelayo, al entrar nos pusieron un vídeo  sobre la vida de Marcelino, y su familia, trabajo…
Luego,  comenzamos visitando la biblioteca del último sabio, cuyo resplandor nos abrió los ojos de par a par, no podíamos dejar de mirar esas baldas, estanterías llenas de libros, que no todos fueron leídos, algunos consultados, y otros escritos. ¡Nos dejaron sin palabras! Realmente valía la pena atender tal espectáculo.
Tras varias preguntas realizadas, algunas de gran interés, otras sin mucho sentido, nos dirigimos a ver la casa-museo que Marcelino regaló  a Santander, su patria. No recibimos mucha información exterior, por parte de la persona responsable, pero había unos pequeños carteles que te iban explicando curiosidades, o en el lugar que te encontrabas. No vimos la casa entera, pero si algunas salas muy interesantes como; la habitación donde murió Marcelino, la habitación y el despacho de su hermano Enrique (era medico, aunque una curiosidad que tuve fue que no tenía camilla ni ningún utensilio para realizar su trabajo)  pasillos con múltiples armarios, sillones, entre otros, de gran valor etc. Yo me fijaba en cada detalle, estaba todo muy bien diseñado, que aunque fuera viejo, sentía y percibía que podía tener gran valor.
Para finalizar este tema, sobre Marcelino Menéndez Pelayo podría añadir; que es un gran sabio, que ya a los tres años leyó su primer libro, que le encantaba aprender cosas nuevas, sobre todo leerlas, tenía una vida muy desordenada, hacía primero lo que quería y luego con el tiempo que le sobraba lo que debía, vivió en Madrid además de en Santander, y no olvidar que la hora exacta en la que murió fue, a las seis y media, marcada en el reloj de su habitación. Que en paz descanse.
Mas tarde y cambiando un poco de tema, fuimos a la Biblioteca Municipal de Santander.  Aquí nos volvieron a dividir en dos grupos, uno realizó una actividad que era una búsqueda de libros diversos por toda la biblioteca, mientras al otro grupo les explicaban curiosidades de libros que se encuentran en dicha biblioteca.
Nos dieron una breve explicación sobre como estaban colocados los libros, para a partir de ahí, poder  buscarlos sin problema, para ver si lo habíamos entendido, realizamos un juego, muy divertido por cierto, donde había que buscar distintos tipos de libros (clásicos, tebeos, libros infantiles…), ¡Menudo lío!, menos mal que teníamos alguna que otra ayuda de la profesora, unos antes y otros después, ¡Todos lo conseguimos!

Manuscrito "Sotileza" J.M. Pereda
Foto A.Bezanilla
Luego nos sentamos alrededor de una gran mesa, donde nos enseñaron manuscritos realmente brillantes, que había que tratar con el máximo cuidado posible, ya que algunos eran muy antiguos y otros  eran muy sensibles, nos dieron también una pequeña explicación sobre la imprenta en esa época, con algún contenido extra. Tuvimos en nuestras manos el manuscrito de la obra "Sotileza" del escritor cántabro José María de Pereda. He de destacar esto último, fue fascinante, me encantaba mover página a página viendo tachones sin tip-ex, eran de gran extensión, y tenían un valor, especial.
  A las 12-12-12, hay que resaltar, que nos sacamos una foto todos juntos como recuerdo, de que en este día, todos los números componentes de la fecha eran iguales, cosa que  tardará mucho en volver a ocurrir.
           SANDRA  OBESO RUBÍN.


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