27 diciembre 2012

Un cuento de Navidad

No podíamos olvidarnos en esta sección de cuentos, ni de la época del año  en que estamos, La Navidad; ni de uno de los grandes escritores CHARLES DICKENS y su obra Cuento de Navidad o Canción de Navidad, en inglés A Christmas Carol. Escrita en 1843 y trata de cómo una persona huraña y tacañá puede cambiar su actitud durante la Navidad.
Charles Dickens comienza su obra diciendo: " Con este fantasmal librito he procurado despertar al espíritu de una idea sin que provocara en mis lectores malestar consigo mismos, con los otros, con la temporada ni conmigo. Ojalá encante sus hogares y nadie sienta deseos de verle desaparecer."
 
El argumento de la obra :
 
El protagonista es el señor Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y tacaño que no celebra la fiesta de Navidad a causa de su solitaria vida y su adicción al trabajo. No le importan los demás, ni siquiera su empleado Bob Cratchit, lo único que le importan son los negocios y ganar dinero.
 
Una noche, en víspera de Navidad, Scrooge recibe la visita de un fantasma que resulta ser el de su mejor amigo y socio Jacob Marley, que muere siete años antes del inicio de la historia. El espectro le cuenta que, por haber sido avaro en vida, toda su maldad se ha convertido en una larga y pesada cadena que debe arrastrar por toda la eternidad. Le anuncia a Scrooge que ya ha superado el conjunto de sus maldades, por lo tanto, cuando muera tendrá que llevar una cadena mucho más larga y pesada. Entonces le anuncia la visita de tres espíritus de la Navidad, que le darán la última oportunidad de salvarse. Scrooge no se asusta y desafía la predicción. Scrooge se duerme
 
Primero le visita el Fantasma de la Navidad Pasada, muestra a Scrooge antes de ser avaro y apático con la Navidad, contrastada entre la soledad de la niñez y la alegría romántica de su juventud.  Luego le muestra una escena triste, en la que su novia lo deja debido a que se había vuelto rico y ya no le importaba la Navidad.
 
 
Llega el Fantasma de las Navidades del Presente que le hace ver al avaro la actual situación de la familia de su empleado Bob Cratchit, que a pesar de su pobreza y de la enfermedad de su hijo Tim, celebra la navidad, Scrooge le pregunta al fantasma si Tim sobrevivirá, el Fantasma le dice que morirá. Luego el Espíritu le muestra cómo todas las personas celebran la Navidad.
 
El Fantasma de la Navidad Futura, mudo y de carácter sombrío, le muestra lo más desgarrador: el destino de los avaros. Su casa saqueada por los pobres, el recuerdo sobrío de sus amigos de la Bolsa de Valores, la muerte de Tim Cratchit y lo más espantoso: su propia tumba, ante la cual Scrooge se horroriza finalmente e intenta convencer al espíritu de que está dispuesto a cambiar si le invierte el destino. Al final, el avaro despierta de su pesadilla y se convierte en un hombre generoso y amable.
 
 Finalmente se relata el cambio de Scrooge cuando celebra la Navidad con regocijo y alegría. Al final se puede ver cómo Scrooge cambia, se torna con una alegría gigantesca, que tan sólo el amor, la solidaridad y la Navidad nos puede dar.
 
Hay numerosas versiones de este cuento, si pinchas aquí podrás leer el cuento y a continuación podrás ver una de las versiones en dibujos animados que recibió un oscar en su momento.
 

 
 Esperamos que disfrutéis del cuento y por supuesto
¡FELIZ NAVIDAD!

16 diciembre 2012

PALABRAS PARA UN LUNES

Para este último "Palabras para un lunes" del 2012, Jaime Sáez, alumno de 4º ESO, nos propone un fragmento del epílogo de la biografía de Anthony Kiedis, cantante de la banda rockera "Red Hot Chili Peppers" en él nos  habla sobre su rehabilitación, y nos hace pensar que con valentía y fuerza de voluntad, uno siempre consigue salir adelante. 


Durante el primer año de mi recién encontrada sobriedad, el sentimiento de querer colocarme venía a mí cada día. Especialmente después de que mi novia se fuera, yo me sentía tan mal que no podía dormir. Una noche el pensamiento volvió a mí. Yo estaba solo en casa y había luna llena. Estaba escribiendo canciones para el nuevo disco, las cosas estaban bien y yo me sentía inspirado. Eché una ojeada hacía fuera y la noche era clara, pude ver las luces de la ciudad. Estaba a punto de tirarlo todo por la borda una vez más. Tomé una pequeña cartera y dejé una nota a mi asistente para que cuidara de mi perro. Agarré las llaves de mi coche y salí de la casa. Salí del porche y mire la luna, mire la ciudad, mi coche,  mi cartera y pensé: “No puedo hacer esto. No puedo lanzarlo todo por la borda una vez mas” y volví adentro.

En el pasado, durante uno de estos momentos lo hubiera olvidado todo y me hubiera ido a una de esas detestables juergas. Pero ahora me había probado a mí mismo que podía vivir con mi obsesión hasta que esta desapareciera. Estuve tentado de aceptar el hecho de que no podía estar sin colocarme durante largo tiempo, que podía ver un anuncio de una cerveza destapada y al momento querer una cerveza (y eso que no bebo cerveza).

Las buenas noticias es que voy por el segundo año, las ansias no son tan frecuentes, y en el tercer año, las tendré mucho menos. Yo estoy todavía un poco torcido, un poco tortuoso, pero cuando considero todas las cosas no puedo quejarme. Después de todos esos años de abusos con las drogas, de saltar desde construcciones, de sobrevivir a sobredosis y enfermedades, después de todo, ahora yo me siento mejor que hace diez años. Tengo algunas cicatrices suaves, pero todo está bien, yo estoy aún progresando. 

Anthony Kiedis



El cuento que yo quería contar

Nuevamente Amaia V.G. de 1ºB de ESO nos propone la lectura de un cuento, ahora, del escritor portugués José Saramago (1922-2010), Premio Nobel de literatura en 1998. En este caso se trata de La flor más grande del mundo publicado en 2001. El escritor comienza su relato disculpándose por su ignorancia en la escritura destinada al público infantil, pero esta muestra de humildad en un premio Nobel de Literatura nos hacen reflexionar sobre la importancia de "saber elegir las palabras", seguramente lo más difícil para cualquier escritor, independientemente del texto que desee crear. Plantea la historia, para terminar haciendo un llamamiento a otros autores porque "Este era el cuento que yo quería contar.[...] ¿Quién me dice que algún día no leeré otra vez esta historia, escrita por tí que me lees, pero mucho más bonita?..." Tienes a continuación el cuento y un video realizado con la voz de Saramago y la música de Emilio Aragón. Si te animas a escribir con tus palabras esta historia, nos encantará leerla.
 
 La flor más grande del mundo

       Las historias para niños deben escribirse con palabras muy sencillas, porque los niños, al ser pequeños, saben pocas palabras y no las quieren muy complicadas. Me gustaría saber escribir esas historias, pero nunca he sido capaz de aprender, y eso me da mucha pena. Porque, además de saber elegir las palabras, es necesario tener habilidad para contar de una manera muy clara y muy explicada, y una paciencia muy grande. A mí me falta por lo menos la paciencia, por lo que pido perdón.
      Si yo tuviera esas cualidades, podría contar con todo detalle una historia preciosa que un día me inventé, y que, así como vais a leerla, no es más que un resumen que se dice en dos palabras… Se me tendrá que perdonar la vanidad de haber pensado que mi historia era la más bonita de todas las que se han escrito desde los tiempos de los cuentos de hadas y princesas encantadas…
     ¡Hace ya tanto tiempo de eso!
      En el cuento que quise escribir, pero que no escribí, hay una aldea. (Ahora comienzan a aparecer algunas palabras difíciles, pero quien no las sepa, que consulte en un diccionario o que le pregunte al profesor.)
     Que no se preocupen los que no conciben historias fuera de las ciudades, ni siquiera las infantiles: a mi niño héroe sus aventuras le esperan fuera del tranquilo lugar donde viven los padres, supongo que también una hermana, tal vez algún abuelo, y una parentela confusa de la que no hay noticia.
     Nada más empezar la primera página, sale el niño por el fondo del huerto y, de árbol en árbol, como un jilguero, baja hasta el río y luego sigue su curso, entretenido en aquel perezoso juego que el tiempo alto, ancho y profundo de la infancia a todos nos ha permitido…
     Hasta que de pronto llegó al límite del campo que se atrevía a recorrer solo. Desde allí en adelante comenzaba el planeta Marte, efecto literario del que el niño no tiene responsabilidad, pero que la libertad del autor considera conveniente para redondear la frase. Desde allí en adelante, para nuestro niño, hay sólo una pregunta sin literatura: “¿Voy o no voy?” Y fue.
      El río se desviaba mucho, se apartaba, y del río ya estaba un poco harto porque desde que nació siempre lo estaba viendo. Decidió entonces cortar campo a través, entre extensos olivares, unas veces caminando junto a misteriosos setos vivos cubiertos de campanillas blancas, y otras adentrándose en bosques de altos frenos donde había claros tranquilos sin rastro de personas o animales, y alrededor un silencio que zumbaba, y también un calor vegetal, un olor de tallo fresco sangrado como una vena blanca y verde.
      ¡Oh, qué feliz iba el niño! Anduvo, anduvo, hasta que los árboles empezaron a escasear y era ya un erial, una tierra de rastrojos bajos y secos, y en medio una inhóspita colina redonda como una taza boca abajo.
     Se tomó el niño el trabajo de subir la ladera, y cuando llegó a la cima, ¿qué vio? Ni la suerte ni la muerte, ni las tablas del destino… Era sólo una flor. Pero tan decaída, tan marchita, que el niño se le acercó, pese al cansancio.
     Y como este niño es especial, como es un niño de cuento, pensó que tenía que salvar la flor. Pero ¿qué hacemos con el agua? Allí, en lo alto, ni una gota. Abajo, sólo en el río, y ¡estaba tan lejos!…
     No importa.
 
Baja el niño la montaña,
Atraviesa el mundo todo,
Llega al gran río Nilo,
En el hueco de las manos recoge
Cuanta agua le cabía.
Vuelve a atravesar el mundo
Por la pendiente se arrastra,
Tres gotas que llegaron,
Se las bebió la flor sedienta.
Veinte veces de aquí allí,
Cien mil viajes a la Luna,
La sangre en los pies descalzos,
Pero la flor erguida
Ya daba perfume al aire,
Y como si fuese un roble
Ponía sombra en el suelo.


     El niño se durmió debajo de la flor. Pasaron horas, y los padres, como suele suceder en estos casos, comenzaron a sentirse muy angustiados. Salió toda la familia y los vecinos a la búsqueda del niño perdido. Y no lo encontraron.
     Lo recorrieron todo, desatados en lágrimas, y era casi la puesta de sol cuando levantaron los ojos y vieron a lo lejos una flor enorme que nadie recordaba que estuviera allí.
     Fueron todos corriendo, subieron la colina y se encontraron con el niño que dormía. Sobre él, resguardándolo del fresco de la tarde, se extendía un gran pétalo perfumado, con todos los colores del arco iris.
     A este niño lo llevaron a casa, rodeado de todo el respeto, como obra de milagro.Cuando luego pasaba por las calles, las personas decían que había salido de casa para hacer una cosa que era mucho mayor que su tamaño y que todos los tamaños.
     Y ésa es la moraleja de la historia.
     Éste era el cuento que yo quería contar. Me da mucha pena no saber narrar historias para niños. Pero por lo menos ya conocéis cómo sería la historia, y podréis explicarla de otra manera, con palabras más sencillas que las mías, y tal vez más adelante acabéis sabiendo escribir historias para los niños…
     ¿Quién me dice que un día no leeré otra vez esta historia, escrita por tí que me lees, pero mucho más bonita?…
JOSÉ SARAMAGO
 

09 diciembre 2012

PALABRAS PARA UN LUNES

El día 18 de diciembre la Compañía Hilo Producciones nos va a visitar con su proyecto: "Will is in the air" con el que pretenden acercar los textos de William Shakespeare al público joven. Por este motivo esta semana hemos decidido comenzar con un fragmento muy conocido de la obra teatral: "Hamlet". En esta ocasión os proponemos que busquéis alguna frase célebre de William Shakespeare -que por cierto tiene muchas- y ¿por qué no ponerla también como estado en Tuenti?


¡Ser o no ser, esa es la cuestión! ¿Qué es más noble para el alma sufrir los golpes y las flechas de la injusta fortuna o tomar las armas contra un mar de adversidades y oponiéndose a ella, encontrar el fin? Morir, dormir… nada más; y con un sueño poder decir que acabamos con el sufrimiento del corazón y los mil choques que por naturaleza son herencia de la carne… Es un final piadosamente deseable. Morir, dormir, dormir… quizá soñar. Ahí está la dificultad. Ya que en ese sueño de muerte, los sueños que pueden venir cuando nos hayamos despojado de la confusión de esta vida mortal, nos hace frenar el impulso. Ahí está el respeto que hace de tan larga vida una calamidad. Pues quien soportaría los latigazos y los insultos del tiempo, la injusticia del opresor, el desprecio del orgulloso, el dolor penetrante de un amor despreciado, la tardanza de la ley, la insolencia del poder, y los insultos que el mérito paciente recibe del indigno cuando él mismo podría desquitarse de ellos con un puñal. Quejarse y sudar bajo una vida cansada, por el temor a algo después de la muerte – El país sin descubrir de cuya frontera ningún viajero vuelve- aturde la voluntad y nos hace soportar los males que sentimos en vez de volar a otros que desconocemos. La conciencia nos hace cobardes a todos. 


William Shakespeare

02 diciembre 2012

PALABRAS PARA UN LUNES



Esta semana, Nuria Revuelta, alumna de 4º ESO, nos propone un texto anónimo, que circula por las redes sociales, y que muchos chicos y chicas pegan en sus perfiles y muros. ¿Qué frase añadirías tú?



"Supongo que todo en esta vida será así: te caerás mil veces pero te levantarás otras mil, dejarás algún amigo pero regresará algún otro, dejarás caer mil lágrimas pero soltarás otras mil sonrisas, dirás miles de ”adiós” pero también miles de ”holas”, jugarás con fuego y te quemarás, soltarás muchos ”te quiero”, escucharás muchos ”yo a ti no”, reirás de felicidad, entregarás el corazón mil veces y te lo romperán otras mil, pero lo que no puedes hacer nunca, es decir ”me rindo”. Sólo pierdes definitivamente una batalla cuando la abandonas"